Europa genera sobre 2.500 millones de toneladas de residuos al año, unos 5.000 kg. por habitante, de los cuales 8% de estos son residuos domésticos y el 92 % restante proviene principalmente de la construcción (34%), las minas y las canteras (27%) y la industria(11%).
La gestión integral de todos estos residuos además de generar un problema logístico, económico, social o medioambiental, que es en lo primero que pensamos, también generar un problema de recursos, materias primas que son necesarias para fabricar todos esos materiales que luego convertimos en residuos.
Para contralar y reducir esta demanda de materias primas, el Parlamento Europeo ha aprobado recientemente una serie de objetivos para el año 2030, siendo los más destacados, el incremento en el reciclaje hasta el 70%, limitar el vertido hasta un 5% y reducir a la mitad los desperdicios de alimentos.
Para poder cumplir estos objetivos el modelo de sociedad debe mirar hacia un concepto de economía circular, lo que implica reducir el volumen de residuos generados desde la raíz del problema, motivando a participar a los distintos actores de la sociedad, instituciones, empresas y ciudadanos.
Medidas dirigidas hacia las empresas
Diseño y optimización de los productos para que puedan ser reutilizados. La demanda de materiales como el cobalto, níquel o litio necesarios para la fabricación de baterías; la plata, el estaño y el lantano, para componentes electrónicos o el indio para las pantallas táctiles; ha supuesto tenido un fuerte aumento en los últimos años debido a la gran implantación que ha tenido la tecnología en nuestra vida. Dada la escasez de estos materiales, es necesario que en el mismo diseño de los productos facilite su tratamiento y posterior recuperación de los materiales, para ser reutilizados nuevamente.
Ecodiseño. Diseñar los productos con el fin de reducir los residuos que con su consumo pueda generar, de manera que permita su reutilización directamente o por partes, o se pueda reparar o actualizar fácilmente. En los materiales se debe buscar que sean biodegradables o reciclables, evitando así la generación de residuos no valorizables.
Generar energía local con los productos no reciclables. Aunque debe buscarse no poner en el mercado productos no reciclables, aquellos materiales inservibles deberán aprovecharse para la generación de energía; como pueden ser por ejemplo los residuos naturales que se aprovechan directamente como biomasa, o los residuos verdes utilizados para producir compost.
Sistemas inteligentes de recogida de residuos para el reciclado. Que permitan predecir y optimizar las rutas de recogida, al saber la carga, el tipo de materiales, la ubicación. La implantación de sistemas inteligente que permita el reconocimiento del ciudadano y de los productos que deposita para su funcionamiento y premiar su utilización. Instalar estaciones centrales subterráneas que agrupen varios bloques de edificios y en los que se pueda llevar a cabo la separación de los distintos materiales y los primeros procesos de tratamiento.
Fomento del modelo de economía de servicios. Se trata de pasar de comprar productos en si, a comprar su funcionalidad, por ejemplo en vez de comprar un coche, pasaremos a compartirlo y pagar por el uso que tengamos; de manera que se contribuye a optimizar el uso de los recursos.
Fomento del modelo de logística inversa; en la que el propio fabricante será quien deberá gestionar la recuperación de los materiales que proceden de la venta de sus productos, como por ejemplo la recuperación de embalajes, envases, la recogida de productos electrónicos; así como la gestión de los materiales sobrantes durante el proceso productivo.
Los ciudadanos
Funcionamiento de la cadena de valor en todas las fases del ciclo de vida de un producto. Los usuarios y consumidores tienen en la economía circular un papel principal, ya que es fundamental tener conciencia para el consumo y demanda de productos más sostenibles; siendo su participación clave para éxito del modelo de una economía circular.
A través del apoyo de los Organismos Públicos
Dotación de los medios y las herramientas necesarias. Tras varias décadas fomentando la concienciación del cuidado del medio ambiente, es necesario un mayor esfuerzo por parte de los organismos públicos para facilitar información sobre los residuos que generan los distintos tipos de productos o envases, ejemplos de etiquetas, como proceder a su reciclado, mapas de localización de plantas; así como fomentar también la participación del ciudadano a través de páginas web, foros, charlas, para conociendo sus necesidades y propuestas, y apoyar a las empresas para potenciar el desarrollo y la implantación de medios e infraestructura necesaria para llevar a cabo estos cambios, y continuar innovando hasta conseguir cerrar el modelo de economía circular.
Sólo si nos implicamos todos, y colaboramos de una manera abierta, aportando nuevos formas de aprovechamiento y gestión de los recursos que utilizamos, podremos garantizar una economía sostenible y preservar nuestro planeta en el tiempo.